Un análisis exhaustivo llevado a cabo por la Contraloría General de la República ha puesto de relieve importantes carencias en el monitoreo de contaminantes en las localidades de Quintero, Puchuncaví y Concón, situadas en la Región de Valparaíso. Este estudio, que abarcó el período entre 2010 y 2020, examinó el desempeño de entidades clave como las subsecretarías de Medio Ambiente y Salud.
Los resultados del informe son preocupantes: se constató una política reactiva por parte de las autoridades, que aún no han desarrollado un análisis consolidado de los contaminantes presentes en el agua, aire y suelos de la zona. Además, se observó una falta de metodología para evaluar cómo estos contaminantes han afectado la salud de la población local. Sorprendentemente, no se encontraron registros de seguimiento a los niños de la escuela de La Greda, que sufrieron intoxicación en 2011.
El informe también destacó la ausencia de normativas para medir la calidad del suelo y fijar límites a la emisión de compuestos orgánicos volátiles. Estas deficiencias indican una falta de acción preventiva por parte del Estado en la zona, así como una falta de coordinación entre los distintos organismos involucrados.
La situación se agravó a principios de junio, cuando se produjeron nuevas intoxicaciones masivas en la zona, afectando a decenas de niños y obligando a suspender las clases. Estos eventos, recurrentes en la zona, han generado un intenso debate sobre el impacto ambiental y económico de la industria en la región.
La decisión anunciada recientemente de cerrar la fundición Codelco Ventanas en un plazo de cinco años ha añadido un nuevo elemento a este debate. Sin embargo, queda claro que se necesita una acción más decidida por parte del Estado para abordar los desafíos ambientales en Quintero, Puchuncaví y Concón, y proteger la salud de sus habitantes.